Cuando una persona elige el perfume que le gusta no es de forma arbitraria, sino que responde a su personalidad. A la hora de escoger el olor que más nos atrae influyen una serie de factores como son los elementos que componen el aroma, la frescura, las sensaciones que nos transmiten, ya sea de atracción, rechazo, relajación…
En su momento ya explicamos lo que eran las familias olfativas, que sirven para clasificar los perfumes y ayudarnos a identificar el perfume que más nos gusta. Y son precisamente las familias olfativas lo que Michael Edwards utilizó en 1983 para componer la rueda de las fragancias.
En opinión de Michael Edwards, lo más probable es que los olores que más nos gustan pertenezcan a una o dos familias de fragancias. Las experiencias personales asociadas a un tipo de aroma, como el de algunos momentos de nuestra vida, nuestros recuerdos… etc determinan invariablemente nuestros gustos puesto que en general los aromas nos influyen en buena medida en el nivel emocional.
Esta rueda de las fragancias nos permite ver la relación entre las familias olfativas, cómo una familia olfativa nos lleva a otra añadiendo o suprimiendo aromas. En la actualidad, todas las fragancias se clasifican dentro de estas categorías.